En
conmemoración de la declaración formal de la independencia de Venezuela en
1811, el 5 de julio pasado, se realizó una ceremonia frente a la estatua que
recuerda a Simón Bolívar en la plaza del Congreso en el centro de Lima.
Particular
significación tiene esta conmemoración en el contexto de abierta agresión de
violencia generalizada y ataques económicos que hoy sufre la revolución bolivariana,
con la complicidad mediática de los monopolios de comunicación mundial y la
complicidad política de quienes precisamente han renunciado a defender con
coraje la independencia y soberanía.
Venezuela
es solo la primera línea de fuego en una disputa continental aguda, en que los
pueblos enfrentan intentonas de retroceso en sus derechos y soberanía, digitadas
por la injerencia norteamericana y los intereses corporativos trasnacionales,
bajo diversas modalidades golpistas, paramilitares, mediáticas y electorales.
Sin
embargo, la disputa está abierta y la crisis capitalista que solo genera
desigualdades, exclusiones y violencias innecesarias, abre la oportunidad para
la construcción de alternativas, cuyo primer eslabón ha de ser la independencia
y la solidaridad entre los pueblos.
A propósito
de ello, en la ocasión, las Micaelas destacaron que en octubre de este año 2017,
se realizará justamente en Caracas, Venezuela, la Primera AsambleaInternacional de los Pueblos, con delegaciones de movimientos de los cinco
continentes.
La lucha
continua.